-Necesito que te calles, estoy tratando de explicarte algo... ¿Ya? Escúchame atentamente, porque esto que te voy a decir aclarará tus dudas de una vez por todas.-
Yo miré al profesor ese sin mucho convencimiento, en el despacho hacía muchísimo calor... ¡Qué pocas ganas de revisar un examen en pleno junio!
Y cuando puse cara seria simulando que lo escuchaba comenzó su "runrun" de explicaciones. Yo le miraba a la cara y al papel alternativamente, asintiendo ligeramente cuando hacía pausas y frunciendo el ceño cada cierto rato, para que pareciera que me estaba enterando. No me interesaba lo más mínimo, era puro teatro.
-Ya ves, esta pregunta era sencilla, ¿No crees? Un buen líder tiene que saber comunicar...- En ese punto volví a desconectar. ¡Qué pérdida de tiempo! ¿Por qué no me habían enseñado algo útil? ¿Por qué no me habían contado los pasos esenciales para sacar adelante un proyecto?
1º Tener una idea.
2º Buscar un socio.
3º Conseguir tu dream team.
Había luego muchas nociones igualmente necesarias para que un proyecto tuviera éxito, pero en vez de aprender eso, estaba viendo la personalidad tipo A y tipo B, y no se qué chorradas (bastante obvias) sobre el absentismo laboral. ¿Por qué no me habían enseñado a imponer autoridad? ¿Por qué no me habían dicho que existen incompatibilidades insalvables?
-¿Entiendes por qué has fallado esta, Poppy?-
-Sí. Oiga, una pregunta, ¿Usted ha dirigido algo alguna vez?- Se me quedó mirando el pobre con cara de idiota.
-¿Cómo?-
-Sí, eso que le digo, ¿Ha dirigido algún proyecto?-
-Pues... bueno, en el departamento.... realmente...-
-Bueno, veo que no, pues yo sí. Y déjeme decirle una cosa: su libro está muy bien, y los casos que plantean son sudokus muy graciosos, pero resulta que cuando salimos de aquí hay tiburones y demás bestias por todas partes con las que hay que lidiar. Y no es sólo que las personas presenten problemas per se, es que encima aparecen impedimentos provenientes del azar, de casualidades, de instituciones... contra las que también tenemos que luchar.
Es muy bonita toda la palabrería y, también me han parecido simpáticos los estudios de laboratorio a los que les han concedido la denominación de origen de <<teoría>>; pero pienso que tras un par de situaciones reales uno se da cuenta de que esto que nos cuentan es poco, es insuficiente, es un jueguecito gracioso y poco más. Pruebe a dirigir algo cuando quiera, sólo entonces aceptaré que me dé clases, estimado profesor.-
Cogí mi suspenso y me marché del despacho-horno.