viernes, 4 de marzo de 2011

Reencuentro

Pepa me dijo que no la reconocería: se había cortado mucho el pelo. Un viaje largo desde Roma, pero ya estaba en casa (aunque fuera a ser sólo por unos días, para luego volver con los niños y Pietro). Antes de partir les envié un mail a todos: Pepa, Salo, Irene, Alberto, Sergio, Ricardo, Inés, Carmen,  Miguel... ¿Cuántos años hacía de nuestras andanzas por el Ramiro? Al pensarlo me salió esa sonrisa suave que se me escapa cada vez que pienso en las cosas que me enternecen.
Casi todos habían contestado: Salomé también estaría por aquellas fechas en Madrid y Alberto había prometido buscarse algún vuelo incluso aunque fuera de ir y volver a Londres en el día. Ricardo, Sergio y Miguel aseguraron que no faltarían y hasta Andrés (que en sus días era un pillo y no le importaba saltarse las clases) nos había pedido una fecha específica para que no le coincidiera con el trabajo.
“A las 9.30 en Sol” ¿Cuántas veces habíamos quedado allí? Seguramente muchas. El tiempo había conseguido sacar de mi una buena puntualidad por eso salí de casa de mis padres a la hora; seguro que ninguno de ellos se lo esperaría.
Yo sigo como siempre (a lo mejor he cambiado detalles como la puntualidad), bueno, o al menos eso me dicen mis hijos cuando miran mis fotos de juventud: “¡Mamá estás igual!” Les encanta que les hable de las aventuras que pasamos, de las fiestas he hicimos y hasta de vez en cuando (pero poco, que sino lo tomarán como ejemplo) me permito hablarles de los días que hacíamos pellas en el Vips que estaba cerca del instituto. Es Giorgio el que más me pregunta de los tres, le encanta comentar las fotos que tengo en la caja rosa. “Mamá, ¿Por qué esa caja rosa?” Y entonces le explico que esa caja me la regalaron un día y desde entonces todos los recuerdos van a parar ahí dentro. “Mamá, ¿Quiénes son esos que salen en la foto?” Y entonces le cuento que con ellos pasé mi mejor etapa en el colegio, que son mis amigos y que algún día tendrá que conocerlos. “Y mamá, ¿No te daba miedo que os pillaran fuera de clase y luego os castigaran mucho?” Y entonces tengo que decirle que estaba muy mal, y que sólo lo hacíamos porque sabíamos que llevábamos muy bien la asignatura.
Voy andando por la calle Fuencarral, casi todas las tiendas han cambiado... pero sigue siendo el mismo ambiente, que consigue que vuelva a aparecer la dichosa sonrisilla. Al llegar a determinada altura de la calle, tuerzo a la derecha, necesito saber si sigue allí. Durante los dos años de bachillerato, tomamos como tradición ir después de mis conciertos de piano a tomar algo a un sitio italiano de comida para llevar de la plaza de San Ildefonso. Llego a la plazuela y vuelvo a sonreír como una tonta: sigue allí.
Estoy llegando a Sol y sigo pensando en los cambios, seguro que aunque no me dé cuenta hay cosas en las que ya no soy la misma; pero, ¿y ellos? Por lo que me ha contado, Pepa se ha cortado el pelo, ¿De qué color? ¿Es oscuro como cuando la conocí o lo lleva tan claro como aquel año a la vuelta del verano? Intento imaginármela pero no se me ocurre cómo puede estar con el pelo corto. ¿Y Alberto? ¿Seguirá tan delgado? Tengo muchísima intriga por ver cómo estarán todos... Y en estos pensamientos llego a Sol. Las 9.31, no soy tan puntual después de todo. Llego a la salida de “la ballena” que es como llamábamos al intercambiador, y espero. Suena el teléfono en seguida, Ricardo de Balbin dice mi móvil italiano, y el oír su voz es como retroceder diecisiete años.
-¡Ricardo! ¿Dónde estáis?
-¡Qué tal? Estamos aquí Miguel y yo y ahora llegaremos, ¿Y el resto?
-Estoy sola en la salida del intercambiador, no ha llegado nadie aú...
Y entonces llegan Salomé y Alberto (o al menos creo que son ellos, porque sin gafas no veo muy bien de lejos).
-Pues en seguida estamos ahí.- Y cuelga.
Están casi como yo les recordaba, algo menos morena Salomé (será el clima alemán) y Alberto con más canas. Pero están igual, y cuando me dan un abrazo y comienzan a hablar vuelvo a tener 17 años. Poco a poco van llegando todos, Sergio aparece con su mujer e Irene con su marido, cada uno tiene su historia... y nos la contarán a lo largo de la noche. Pepa está totalmente cambiada, tiene un corte melenita que jamás habría imaginado y está guapísima. El último en llegar es Álvaro, que no le querían soltar en la oficina (con todo el problema del conflicto del Sáhara tienen mucho que hacer estos días). Y entonces nos movilizamos al restaurante.
-¿Te acuerdas? Antes, demasiado pequeños para ir a los bares de copas dónde no nos querían vender ni una cerveza, y ahora... no sé si estamos demasiado viejos para esto eh...
-¡Pero qué dices Alberto! ¡Que tú siempre has sido un juerguista y no puede ser que ahora no te apetezca tomar nada después de la cena!-
-Yo estoy contigo Salo, ¡Qué todavía tenemos edad para muchas cosas! ya veréis en la próxima quedada... si seguimos quedando con tanto tiempo entre una vez y otra...
Y entre unas cosas y otras nos vamos contando qué ha sido de nosotros en estos años, en qué trabajamos, nuestras familias, los hijos... Por supuesto la tecnología ayuda mucho: casi todos tenemos fotos en los móviles que van rulando por toda la mesa (las mías son de Giorgio y sus hermanos). Me fijo entonces en Inés que está sentada a mi lado, lleva un blusón morado, siempre fiel, estilosa en su línea de vestir. Y a raíz del tema de las familias sale la gran noticia: Inés está embarazada, es el quinto pero no saben todavía si va a ser niño o niña. Incluso nos sorprendemos al oír la noticia (aunque en realidad en el fondo todos nos la esperábamos). Los cónyuges que han venido son simpatiquísimos, parece que les agrada conocer parte del pasado de sus parejas y se integran muy bien en el ambiente; son gente interesante y con inquietudes, acordes con sus parejas.
Es curioso ver dónde ha acabado cada uno: Ricardo, cómo apuntaba, está de profesor de universidad dando Historia, contentísimo; Salomé, de traductora de un organimo del Parlamento Europeo con sede en Frankfurt; Sergio se cansó del periodismo y ha llegado a lo más alto escribiendo poesía (¡seguro que nuestros nietos estudian su obra, como nosotros a Machado!); Camen nos habla de su vida en Japón, y pese a que le tomábamos un poco el pelo con aquello de la belleza de los modelos japoneses que tanto le gustaban, hay que reconocer que Yoiko, el chico con el que lleva ya una buena temporada, es guapo y muy simpático; y Álvaro se dedica a la cooperación internacional, ¡Estaba clarísimo!
Pero de las mejores partes de la noche es el momento en que recordamos anécdotas:
-¿Os acordáis de cuando nos fuimos de interrail?- Nos pregunta Andrés
-¡¡Jajajajaj!! ¡Pero si lo mejor de todo fue planearlo! Dos semanas enteras dejando de atender en clase porque mirábamos por debajo de la mesa un montón de planos de carreteras de Italia y de Croacia.- Nos recuerda Salomé mientras se desternilla.
-Pero fue un viaje impresionante ¡eh! Que lo organizamos muy bien, aunque luego no fuera como lo habíamos pensado en un inicio...
-¿Y la fiesta que se hizo por halloween? Hay que reconocer que fuimos mejorando los planes de primero a segundo.
-¡Hombre, un plan de botellón de quinceañeros es fácil de superar!- le digo a Sergio.
-¡Pues yo me quedo mejor con la fiesta de Alberto y de Elena de los ochenta! Íbamos todos con hombreras y cazadoras, ¡Y con unos pelos!
-El vestido de tu madre que llevabas, Pepa, era impresionante. Y es que esa fiesta era difícil de superar: trabajamos un montón para organizarla.-
Y luego acabamos mencionando hasta los líos del curso, hay parejas que ahora no nos pegan nada, y amistades que se nos hacen extranas, casi olvidadas.

En fin, prácticamente me paso toda la noche con la sonrisa en la cara, y si no con la carcajada en la boca. Son fantásticos: ahora y siempre, lejos y cerca; les quiero muchísmo y los he echado de menos. Por eso este verano han accedido todos a pasar unos días en Roma, es hora de volver a la convivencia cercana, al día a día con ellos, a mantener el contacto mejor de lo que lo hemos hecho estos diecisiete años

3 comentarios:

  1. de mi no te acordaste eh Clarius! o es que te dio miedo ver mi futuro desastroso?? ahahahah me ha encantado leerlo y adoro tus proyectos italianos^^

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  2. clrius!!!!! me encanta, te he hecho caso y he leido tu blog... mola mazo,
    por cierto, me encanta lo de Londres, pero lo d k tenga canas con vintipico.....
    es genial!!! como sera nuestro futuro??? no tengo ni idea, no se so sera asi, pero desde luego espero que sigamos viendonos...
    =)..

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  3. "Me fijo entonces en Inés que está sentada a mi lado, lleva un blusón morado, siempre fiel, estilosa en su línea de vestir. Y a raíz del tema de las familias sale la gran noticia: Inés está embarazada, es el quinto pero no saben todavía si va a ser niño o niña." Me encata Clarius!! siempre quise cinco y no más ajjajaja

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