martes, 22 de marzo de 2011

Una escena cualquiera, con dos personas cualesquiera... que están en Madrid

-¡¡Las he conseguido!! ¡¡las he conseguido!! ¡¡No te lo vas a creer!!- viene hacia mí corriendo, ella tan alegre como siempre... bueno, más, mucho más. Sabe que nos hace ilusión, a los dos; y cada año que pasa nos seguirá haciendo ilusión. Sube los escalones de dos en dos y llega hasta la parte del parque de Nuevos Ministerios en donde estoy yo.
-¡Déjamelas ver, anda!- le pido intentando forcejear con los trocitos de papel amarillo que agarra con firmeza entre sus manos pequeñas.
-¡¡Jajajaja!! ¿No te fías o qué? Son como siempre; miralas, así, desde lejos... se mira pero no se toca- me riñe mientras se sigue riendo.
-Este año va a ser brutal, me han dicho que han contratado a un par de acróbatas para que actúen mientras tocan "Start me up"- le comento mientras sigo intentando quitarle las entradas.
-Pero si no lo necesitan... seguro que hay miles de personas, como tú y como yo que irían aunque el concierto fuera en un descampado y con guitarras acústicas-
-O raquetas de tenis en vez de guitarras-
-¡Jajajajaja!- se vuelve a reír y el pelo rubio le tapa la cara pecosa- ¡Qué cosas! Y ya puestos, tapas de cubos de basura en vez de batería...-
-Pobre Charlie ¿no?-
-¿¡Cómo que pobre Charlie!? ¿Y el resto qué? Peor lo pasarían Mick, o Richards con raquetas...-
Hace un buen rato que he conseguido quitarle las entradas de la mano; se limita a reírse. ¿Se reirá de mí? No lo sé, pero hace que incluso si se estuviera riendo de mi fuera una risa cómplice y buena. Nos reímos.

Está poniendo una cara muy rara... debo de parecer tonta por reírme tanto. ¡Pero no puedo parar! Ha seguido hablando y contando una serie de ideas -cada cual más descabellada que la anterior- y ahora me duele la cara de reírme.
-¿Qué hacemos ahora?- me dice viendo que me he parado de reír.
-Pues no lo sé...- estoy como ida hay que admitirlo: ¡Reírse cansa!
-Vámonos al bulevar- y sonríe mientras dice esto. Siempre el bulevar, ¿Por qué le gustará tanto ese sitio? Bueno, así como a mí me gusta el césped (no importa qué césped ni dónde) pues a él le gusta el bulevar.
Es verdad que la Castellana en primavera es genial... la llenan de flores y de árboles nuevos, y pasear por allí es un gusto.
-¿Y un helado?-
-Va, y un helado- coge la chaqueta y comienza a marcharse... sin mí, que sigo aquí intentando ordenar todas las cosas que llevo a rastras: el bolso, el abrigo, la chaqueta, mi gorro y las bolsas.
-¡Por favor! ¡No te olvides de mí así!-
Se gira en seguida y ahora es él quién se ríe; pone esa mueca que me pone tan nerviosa pero viene a ayudarme con los bultos.
-Yo sigo sin entender porqué llevais tantas cosas; no se necesita más que un abrigo, la cartera y el móv...-
-Si en el fondo tienes razón. Pero a mí me gusta, siempre que no te marches así, tan rápido-
Se pasa la mano por el cabello pelirrojo, alborotándolo aún más y me dice que no me preocupe; que tampoco se va a olvidar así como así.
-Además- le suelto mientras llegamos a nuestro rincón del bulevar- ¡Las entradas las tengo yo!-


No hay comentarios:

Publicar un comentario