La Habana se despierta con calima, y los Ladas ya recorren el Vedado. El Malecón, tan grande y tan vacío se planta frente al mar con flores de piedra que se deshojan con el tiempo. Hace calor, y en Parque Central abundan coches brillantes y árboles de copas verdes que ofrecen sombra. Puedo ver a Hemingway saliendo del Floridita, y a Sinatra cantando en el Hotel Nacional.
"De Alto Cedro voy para Marcané
llego a Cueto, voy para Mayarí
llego a Cueto, voy para Mayarí
En Miramar se esconden, entre lianas y plantas de hojas gigantescas, el recuerdo de un campo de golf y los sueños ajados y pisoteados de tres ancianos arquitectos. Y mientras suenan clarinetes y los alumnos preparan su marcha de las antorchas, el péndulo del régimen continúa difamando o ensalzando según sea día par o impar.
El cariño que te tengo
no te lo puedo negar
se me sale la babita
yo no lo puedo evitar
En Trinidad nos contempla medio milenio de Historia, arrullado por un son de maracas y guitarras. Las piedras traídas en su día de Sevilla, incrustadas en las calles, callan bajo nuestros pies cuando bailamos. Los mosquitos han salido a saludarnos.
Cuando Juanica y Chan Chan
en el mar cernían arena
como sacudía el jibe
a Chan Chan le daba pena
Santiago es un trajín de coches, de Revolución y de disidentes, de cazadores de vías de escape. A lo lejos se alza la Sierra Maestra, ocultadora de guerrilleros. ¿De dónde vino ese estallido? Son las seis de la tarde y anochece en el Castillo del Morro: ¡¡Viva Cuba libre!! Y nosotros cuatro, con el corazón encogido de emoción volvemos a la ciudad oscura a reflexionar sobre el paso del tiempo.
Limpia el camino de paja
que yo me quiero sentar
en aquél tronco que veo
y así no puedo llegar
Cuba tiene caminos sin asfaltar, niebla en sus Mogotes, músicos en las calles, y campos y campos de caña. Hay silencios que gritan los cubanos, y hay cegueras intencionadas. En Cuba hay risas y alboroto, hay llanto y desprecio, hay hospitalidad y empatía. Hay una civilización que se resquebraja ante el inevitable transcurso de los años: quedan los últimos restos de un legado. Fue un experimento, a escala 1:1, generador de un mundo distinto del mío, con gente que podría ser la mía.
De Alto Cedro voy para Marcané
llegó a Cueto voy para Mayarí"
llegó a Cueto voy para Mayarí"