viernes, 8 de julio de 2011

paréntesis (necesario)

Vuelvo a estar sentada en la misma mesa en la que un día escribí sobre alegrías, y hoy siguen siendo esas mismas alegrías los motores de lo cotidiano. Pero diferentes. Puede que sea el cansacio de llevar prácticamente 4 días sin dormir como es debido (no es que me arrepienta, o que deseara haber pasado la noche en una cama templada en vez de en la ciudad lejana) o tal vez sean las respuestas afiladas... Siempre es triste volver de allí, y siempre acabo pensando "una vez traspasada la cancela todo estará atrás: no valdrá eso de pensar y rememorar las cosas mil veces" Y siempre llego al escritorio para mencionar una o dos cosas...

Tengo sueño. Hay cosas que hacer.

Pero para empezar, haré un paréntesis y dejaré las tres noches en un tarro de cristal herméticamente cerrado. Y sólo cuando el emperador romano aparezca, las dejaré ser libres de nuevo.

Hay otra versión de los hechos, esa que yo no conozco. Me gustaría pensar que el dueño no la encerrará en un bote (porque en el fondo yo tampoco quiero adormecer unas sábanas de cuadros)... pero ya divagaremos sobre esto cuando no esté cansada y no haya cosas que hacer.

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