Increíble. A punto de tocar el cielo, urdiéndo planes maravillosos, armándome de valor para conseguir verte otro rato. Contentísima.
Por dejar ciertos asuntos de lado (que aunque los hubiera trabajado más no habrían variado), por no tener TODO bajo control, o símplemente por tener prioridades distintas. Por dejar la cabeza volar un rato...
Ahora me muero de rabia. Era genial. He pensado en hacer lo impensable... pero no sé hacerlo. Hasta marcharme. Era lo que más me apetecía en el mundo; y aunque no esté todo perdido lo cierto es que la meta estaba muy cerca. Gracias obstáculos, gracias barreras... hoy habéis conseguido que tenga ganas de quemaros, de destruíros. Nunca os habíais portado así conmigo. Las cosas cambian, las personas crecen, y puede que la ausencia de adolescencia sea el peor de vuestros males y mi perdición.
Y mientras a tí sólo puedo pedirte perdón por el plantón... un daño colateral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario