miércoles, 1 de mayo de 2013

APLAUSOS

Se apagan las luces. Silencio en el bastidor. O eso intentamos. ¿Por qué tenía yo tantos nervios? Yo estaba abajo, siguiendo el guión con la luz que se filtraba por la cortina; pero me sentía como si estuviera en la mesa de arriba, viendo el resultado, y sufriendo, a mi juicio, el papel más importante y el menos lucido de todos. 

Y salí a escena, sin mucha seguridad, intentando no hacerlo muy mal... y me fui de escena, a mi parecer, sin haber dejado mucha huella en ese público que se reía tanto. Pero aún quedaba un buen rato, teníamos muchos chistes guardados en la manga, y no tardaríamos en utilizarlos.

Arriba todo se ve con mucha más calma que dentro del bastidor. Será que la distancia nos da perpectiva, y que nuestra obra parecía ya encarrilada. Y suena música, y nos sonreímos (ya sea a los focos o a la oscuridad) mientras ellos bailan al son tontorrón de mi piano...

Y toca bajar. Y no sé porqué, pero fue distinta esta nueva aparición. Quizá cuando uno nota que algo se va acabando desespera intentando asirse a ello y disfrutarlo como mejor pueda. O a lo mejor era simplemente que estaba más cómoda, haciendo el payaso para que los demás lo pasaran bien, como a mí me gusta. "¿Que a qué he venido? ¡Pues a verte! ¡¡Y traigo una carta de recomendación!!"



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¿No sentísteis eso? ¿No notásteis como el mundo literalmente paró, me dio un par de bofetones y me dijo: "Si, guapa, eso es tuyo."? Porque yo casi ni me enteré de qué estaba pasando, y lo siguiente que recuerdo es estar llorando aturdida en la oscuridad del bastidor. 

Y después de mucho pensar, cuando por fin acabaron los tres días que culminaron mi existencia en el corto plazo, me dí cuenta de que lo que ahora voy a echar de menos no van a ser esos aplausos, sino las conversaciones en el yaris, las risas al piano, el frío del frontón, las chorradas de Ors, y las butacas de las salas C y D. Pero en particular, me dolerá echar de menos que digan que cazo ardillas, y que me enseñen cosas nuevas e impresionantes, desde el puesto más importante y menos agradecido de todos.

1 comentario:

  1. No lo eches de menos. Siempre nos quedará París... A, no, eso es de una peli...
    Bueno, no lo eches de menos.

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