"¿Te sientes triste? ¿Agobiado? ¿Vacío? Para esos días en que te ves miserable: ¡¡Happy fun-fun pack!!" dice la tele. "No es necesario sufrir, llámanos y en seguida conseguirás tu Happy fun-fun pack. ¿Te ha dejado tu chica? ¿Le echas a él de menos? ¡No llores mientras tomas esa tarrina de helado de chocolate a cucharadas! ¡No te las des de poeta intentando escribir versos cutres sobre el aroma de su pelo! Llámanos y te olvidarás en seguida." Sigue el presentador enseñando la cajita con dibujos de colores. "¿Te han echado del trabajo? ¿No valoran tu esfuerzo? Estás a una llamada del bienestar completo. Científicos de todo el mundo han comprobado la eficacia de este producto y lo avalan sin reparos (...)"
Él mira a la ventana con aire perdido. Piensa un poco. No tiene ganas ni de cojer el teléfono... pero quizás sea la solución.
P¡iiiii, piiiiiiiiiii, piiiiiiii -Su happy fun-fun pack al instante, ¿digame?- le atiende una mujer de voz suave.
-Buenas, yo...- se le apaga la voz ¿Qué está haciendo? Si lo suyo no tiene solución... lleva días y días así. Sin cambios.
-Espere, no cuelgue por favor. Dígame su dirección, le aseguro que esto funciona.
Tras pensarlo unos instantes, se la dice. Es curioso, porque en ningún momento ha dicho que tenía intención de colgar...
-Muy bien, señor, ¿Es el pedido para ud.?- pregunta la mujer.
-Ehh.. claro, sí.-
-Es que necesitamos saberlo para personalizarlo.- se oye un ruido de papeles de fondo y vuelve la voz femenina- Ya está todo listo. Llegará en aproximadamente 6 horas.-
-¡Pero si son las 10 de la noche!-
-Mire señor, la felicidad no puede esperar. Esa es nuestra máxima. Y no se preocupe por el papeleo, que ya lo organizaremos nosotros. Usted disfrute su happy fun-fun pack.-
-Buenas noches-
-Buenas noches-
La furgoneta carga las cajas. Cada una lleva una etiqueta "Isaac Fernández" "Llanes Armíral" "Silvia Helíces" "Pablo Bergo" y otros muchos más. Las farolas calladas iluminan débilmente el asfalto y las puertas de las casas. La furgoneta de colores va parando en todas y cada una de las viviendas. El operario vestido de colores, tras llamar a las puertas, deja las cajitas de colores y se monta en la furgoneta para proseguir la ruta.
Como las matemáticas, así de simple: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... personas felices. Ni trampa ni cartón. Han abierto las cajas. Y cada una estaba hecha de determinada manera, para un destinatario.
Se despierta. Pese a que es un día nublado se da cuenta de que es un día nuevo, distinto al anterior. Aire limpio y nuevo entra por las ventanas.
--¿Y el happy fun-fun pack? Ah, eso lo han recogido los del camión de la basura hace unas horas.
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