Julia estaba sentada en la banqueta de su cuarto y miró la caja de bombones. De los 24 que había cuando llegaron con correo sólo quedaba uno. ¡Qué solito, se le veía en aquella caja tan grande!
Cada caja tenía un significado, cada caja llegaba en diferente momento y cada caja tenía un emisor diferente. Unas decían "Ponte buena pronto" otras "Te echo de menos" pero esta era curiosa. Llegó, como ya sabemos, por correo certificado una tarde pocos días antes de Navidad. Pero quedaba ya muy lejos ese día... y ahí estaba el último de todos.
Se había devanado los sesos intentando ver el significado de la caja. No venía de muy lejos, tampoco era de alguien muy cercano... a veces pensaba que era una mezcla entre "Acuérdate de mí" y un "Yo también me esmero", pero en otras ocasiones era un "¿Qué te lo has creído!" o un "Ya sabes, sólo por cumplir". Y los días pasaban y los bombones se iban acabando. Cada bombón diferente: praliné, avellana, licor... y según el día, Julia se sentía triste o arropada, sola, con sus bombones.
Pero ese día, Julia miró la caja, sonrió, se acordó de todo lo que habían significado los bombones en aquel tiempo y decidió que había llegado el momento. Habían cambiado muchas cosas, y sintiéndo que no rompía nada, y que sólo dejaba que pasara lo que en algún momento tenía que pasar, sacó al chocolate solitario y le quitó su envoltorio de oro. Se recogió el pelo pelirrojo detrás de la oreja mientras le decía adiós al cacao, y tiró la caja.
"Good bye, darling. Had fun, didn't we?"
Ahora ya estaba el asunto cerrado, nunca llegó a saber qué significaba esa caja, pero la cuestión era que ya no le importaba.
Recordaría los quebraderos de cabeza con cariño, y eso sería todo. Miró el reloj, llegaba tarde otra vez... Bajó a la calle y caminó sobre sus converse de dibujos hasta el lugar de encuentro con su nueva página.
*** Final 1
Recordaría los quebraderos de cabeza con cariño, y eso sería todo. Miró el reloj, llegaba tarde otra vez... Bajó a la calle y caminó sobre sus converse de dibujos hasta el lugar de encuentro con su nueva página.
Y arriba, en casa, la caja quedó en la papelera, mientras el viento se colaba por las ventanas abiertas y movía las cortinas.
*** Final alternativo (para Guillén)
Quedó su cama vacía, la caja vacía... ya no estaban ni ella ni los bombones. No recibiría más cajas y no pasaría más tardes pensando qué querían decir.
Y en la habitación, la caja quedó en la papelera, mientras el viento se colaba por las ventanas abiertas y movía las cortinas.
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