domingo, 24 de abril de 2011

LA CUESTIÓN DEL CUERPO

La cuestión del cuerpo. Es extremadamente difícil de explicar. La Sien quería desaparecer; siempre pensando en ella misma, acusando al resto de la Cara de aprovecharse de sus ideas, de sus méritos y de todo lo que ella podía ofrecer... El resto, en cambio no le daba tanta importancia (no porque consideraran que las acusaciones de la Sien eran ciertas ni porque pensaran que ya se le pasaría (¿Para qué negarlo? Esto se llevaba dando casi desde el nacimiento de nuestro sujeto en cuestión, y, tal y cómo se había visto en algunas ocasiones, no por hacer algo al respecto la actitud de la Sien cambiaría lo más mínimo).

El problema estaba en que existía un resto del Cuerpo. Ciertamente, un Brazo que en cualquier momento podría macharcar, una Pierna emergente contra la que habría que tomar medidas... en fin, una serie de componentes corporales con los que -ya amigos o enemigos- había que cooperar, o al menos coexistir. Un conjunto global, a gran escala.

Pero la Sien no parecía darse cuenta de aquello, siempre centrada en sí misma, en la Cara y como mucho en el Pelo... pero ¡Por Dios que nadie la sacara más allá! No se podía más que observar el ombligo e incluso preguntarle a la nariz o a la barbilla... ¿Y qué opinais de mí? En verdad que debieran responder la Barbilla y la Nariz "Nada, absolutamente nada, eres indiferente y tenemos problemas más grandes. ¿Has visto ese Brazo de ahí?" Pero no parecía que esto fuera a ocurrir en algún momento. Diferencias, división. Y claro, ¿Cómo va a progresar una Cara dividida?

El día que la Cara tome conciencia de que es una Cara y no componenetes, entonces podrá ser competitiva frente al resto del cuerpo. El día que los problemas de verdad sean los que se traten, entonces podremos hablar de progreso. Y el día en que no se intenten ocultar cuestiones serias, tras otras absolutamente banales... ese día habrá libertad.

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